Economía mixta
¿Qué es una economía mixta, y por qué es inherentemente destructiva?
Hace ya mucho tiempo que no somos un
sistema capitalista: somos una economía mixta, es decir, una mezcla de
capitalismo y estatismo, de libertad y controles. Una economía mixta es
un país en proceso de desintegración, una guerra civil de grupos de
presión saqueando y devorándose unos a los otros.
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Una
economía mixta es una mezcla de libertad y controles — sin principios,
normas, o teorías que definan ni la una ni los otros. Dado que la
implementación de controles exige y conduce a controles adicionales, es
una mezcla inestable y explosiva que, en última instancia, tiene que
acabar derogando los controles o acabar en el colapso de una dictadura.
Una economía mixta no tiene principios que definan sus políticas, sus
objetivos, sus leyes – ni principios que limiten el poder de su
gobierno.
El problema con el concepto ” libertario “
A
mucha gente le parece increíble que tanto Ayn Rand como los
Objetivistas actuales se opongan a ser llamados “libertarios”. “Claro
que sois libertarios, lo admitáis o no”, nos dicen; “un libertario es
alguien que cree que lo único que debe hacer el gobierno es proteger a
las personas contra la agresión, suponiendo que debiera existir el
gobierno, y Objetivismo afirma que la única función legítima del
gobierno es proteger los derechos individuales, lo cual equivale a
proteger contra la agresión; así que, por definición, todos los
Objetivistas son libertarios (aunque, por supuesto, no todos los
libertarios sean Objetivistas)”.
Libertarios
Para dejar constancia
de ello, repetiré lo que ya he dicho muchas veces antes: no me uno a
ninguno de ellos ni apruebo ningún grupo o movimiento político. Más
concretamente, desapruebo, no estoy de acuerdo, y no tengo ninguna
conexión con la última aberración de algunos conservadores, los llamados
“hippies de la derecha”, que tratan de seducir a los más jóvenes o más
descuidados de mis lectores, alegando ser a la vez seguidores de mi
filosofía y defensores del anarquismo. Quien ofrezca esa combinación
está confesando su incapacidad para entender ambas ideas. El anarquismo
es la noción más irracional y anti-intelectual jamás fraguada por
algunos marginales – limitados por lo concreto, ignorantes del contexto,
adoradores de caprichos – del movimiento colectivista, que es donde esa
noción realmente pertenece.
+ + +Protestar bloqueando calles es irracional e inmoral
La moda argentina de protestar bloqueando las calles es irracional y viola los derechos individuales.
Muchas
cosas forman parte del paisaje típico argentino: el mate, el tango, los
cafés en cada esquina. Pero en las últimas décadas se ha agregado una
más: el bloqueo de la vía pública como forma de protesta.
Es normal para un residente en cualquier ciudad del país encontrar que
la vía pública por la que pretende circular está bloqueada, y tener que
cambiar su recorrido o resignarse a esperar durante horas hasta que cese
la situación.
Liberalizar el comercio crea riqueza: datos contra el populismo antiglobalización
El debate sobre el TTIP ha incendiando la actualidad europea, precisamente coincidiendo con el auge del populismo antimercado en el Viejo Continente y con el "fenómeno político" en el que se han convertido Donald Trump y Bernie Sanders en EEUU. Hay razones para el pesimismo: como explica Diego Zuluaga, colaborador de Civismo y analista del Institute of Economic Affairs, es posible que el TTIP ni siquiera llegue a convertirse en una realidad.
En España, a pesar del ruido que está generando este debate, sabemos bien que participar en mercados más integrados conduce a un mayor nivel de riqueza. Al fin y al cabo, el Mercado Único que instauró la Unión Europea en 1992 ha aumentado el PIB de los países miembros en 230.000 millones de euros, creando millones de nuevos empleos y aumentando la renta media de los ciudadanos del Viejo Continente en más de 500 euros.
El capital riesgo ha sido fundamental para conectar a los emprendedores estadounidenses con inversores dispuestos a apoyar sus proyectos.
Tino Sanandaji ha repasado la evolución del capital riesgo en EEUU, donde podemos comprobar la importancia de los impuestos a la hora de estimular este tipo de inversiones. Así, en la década de 1970, cuando el impuesto aplicado a las rentas del capital rondaba el 40%, las inversiones de este tipo eran muy reducidas: apenas alcanzaban el 0,03% del PIB.
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